En la biología molecular, la etapa de fijación de ácidos nucleicos en membranas de nylon o nitrocelulosa es un punto crítico para el éxito de protocolos como Southern, Northern y Dot Blots. Históricamente, muchos laboratorios utilizan el tiempo como variable de control, pero esta práctica esconde un riesgo invisible: la fluctuación de la intensidad de las lámparas ultravioleta.
El Problema de la Variabilidad UV
Las lámparas UV pierden eficiencia con el uso y se ven afectadas por variaciones en la red eléctrica. Al programar solo el tiempo, se asume que la lámpara entregará la misma intensidad siempre. En realidad, si la lámpara está envejecida, la dosis será insuficiente; si hay un pico de tensión, la radiación excesiva puede degradar el ADN o ARN, resultando en pérdida de señal en la hibridación.
La Ventaja del Control por Energía (Joules)
La solución para garantizar la reproductibilidad es enfocarse en la Dosis de Energía, medida en Joules/cm². Un sistema microprocesado con sensor UV integrado permite:
- Compensación Automática: El sistema monitorea la emisión real y ajusta el tiempo de exposición para que la dosis programada se entregue con precisión.
- Protección de la Muestra: Evita la sobreexposición que causa daños estructurales a los ácidos nucleicos.
- Reproductibilidad Científica: Asegura que el experimento realizado hoy tendrá exactamente la misma fijación que el realizado meses atrás.
Versatilidad en Longitudes de Onda
Diferentes aplicaciones exigen especificidades. Mientras que el UVC (254nm) es el estándar para crosslinking y eliminación de contaminación por PCR, longitudes de onda como 312nm o 365nm son esenciales para curado de polímeros y otras reacciones fotoquímicas. La capacidad de intercambiar lámparas y sensores es un diferencial estratégico.
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